El sacramento del Bautismo

El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión (Catecismo de la Iglesia Católica, 1213). Es el primero de los tres sacramentos de la Iniciación cristiana, que se completa con la Confirmación y la Eucaristía.

En el bautismo de niños tienen un papel muy destacado los padres y padrinos. Son ellos los que se comprometen en la educación cristiana del niño bautizado antes de tener uso de razón. Como norma general, los padrinos deben haber cumplido 16 años, estar bautizados y confirmados, haber recibido ya el sacramento de la Eucaristía y llevar, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que van a asumir.

Los padres también concertarán el día y la hora del bautismo con el párroco, teniendo en cuenta sus preferencias, así como las tareas pastorales de la parroquia.